domingo, 17 de octubre de 2010

Hito 4 Terremoto Ancash 1970




El  domingo 31 de mayo de 1970 a las 3 de la tarde con 23 minutos, los departamentos de Ancash, Huanuco, La libertad y Lima se vieron sacudidos por un terremoto de 7,8 en la escala Richter que tuvo como epicentro las costas de las ciudades de Casma y Chimbote en el Océano Pacifico. Este desastre natural se llevo a unas 80 000 personas sin contar los desaparecidos que sumaron unos  20 000, el número de heridos se contabilizo a 143.331 y las pérdidas de viviendas oscilaron en un 80% a 90%. Las personas afectadas fueron unos 3 000 000 que se quedaron en su mayoría sin hogar y sin familia. La Carretera Panamericana sufrió graves grietas entre Trujillo y Huarmey, lo que dificultó aún más la entrega de ayuda. La central hidroeléctrica del Cañón del Pato quedó también afectada por el embate del río Santa y la línea férrea que comunicaba Chimbote con el valle del Santa y quedó inutilizable en un 60% de su recorrido.  El general Juan Velasco Alvarado, quien era el presidente del país en ese entonces, tomó un barco para llevar personalmente la ayuda a Chimbote.        
Una de las zonas más afectadas fue el callejón de Huaylas, en el que la mayoría de los pueblos se destruyeron en un 97%.
La ciudad de que resultó más afectada fue, sin lugar a dudas, Yungay ya que el aluvión hizo que quedara borrado del mapa, debido a que el sismo sacudió el Monte Huascarán provocando el desprendimiento de gigantescas cornisas de hielo que cayeron inicialmente hacia lagunas glaciares causando un aluvión de 50 a 100 millones de m3 de masa morrénica, lo que ocasionó la muerte de 22,000 Yungainos. Toda la avalancha viajo a través de 16 Km. bajando verticalmente entre 3,000 a 4,100 mts con una velocidad promedio de 280 Km. por hora.

Aquel terrible día, el Científico Ing. Mateo Casaverde acompañado del geofísico francés G. Patzelt y su esposa se encontraban en Yungay, describiendo la catástrofe como sigue:

“Nos dirigíamos de Yungay a Caraz, cuando a la altura del cementerio de Yungay se inicio el terremoto. ...Se podía advertir con mucha claridad la componente vertical de las ondas sísmicas, produciendo ligeramente grietas sobre el asfalto de la carretera. ... Abandonamos nuestro vehículo prácticamente cuando el terremoto estaba terminado. Escuchamos un ruido de baja frecuencia, algo distinto, aunque no muy diferente, del ruido producido por un terremoto. El ruido procedía de la dirección del Huascarán y observamos entre Yungay y el nevado, una nube gigante de polvo, casi color arcilla. Se había producido el aluvión; parte del Huascarán Norte se venia abajo. Eran aproximadamente las 15:24 horas. En la vecindad donde nos encontrábamos, el ultimo lugar que nos ofrecía una relativa seguridad contra la avalancha era el cementerio, construido sobre una colina artificial, una huaca pre-incaica. Corrimos unos 100 mts de carretera antes de ingresar al cementerio, que también había sufrido los efectos del terremoto. Ya en éste, atiné a voltear la vista a Yungay. En ese momento; se podía observar claramente una onda gigantesca de lodo gris claro, de unos 60 metros de alto, que empezaba a romperse en cresta y con ligera inclinación e iba a golpear el costado izquierdo de la ciudad. Esta ola no tenía polvo. En nuestra carrera sobre las escalinatas, logramos alcanzar la tercera terraza y encontramos la vía a la tercera terraza, más obstruida, y con un hombre, una mujer y tres niños tratando de alcanzarla. Nos desviamos a la derecha, sobre la tercera terraza, cuando un golpe seco de látigo, una porción de la avalancha alcanzo el cementerio en su parte frontal, prácticamente a nivel de la tercera terraza. El lodo pasó a unos cinco metros de nuestros pies. Se oscureció el cielo por la gran cantidad de polvo, posiblemente originado de las casas destruidas de Yungay. Volteamos la mirada: Yungay con sus varios miles de habitantes había desaparecido”.

Sin embargo, sólo se salvaron quienes corrieron hacia el cementerio de la ciudad (una antigua fortaleza preinca), los niños que asistieron a un circo itinerante llamado Verolina, y 300 personas en el estadio, ellos se salvaron por estar en los únicos puntos más seguros de la ciudad desaparecida. El aporte internacional tuvo gran importancia en el momento de la emergencia, diversas organizaciones mundiales brindaron su apoyo. La magnitud de su cooperación no sólo fue en el momento de la emergencia sino también en la rehabilitación de la zona afectada y en el futuro desarrollo de la región. Sin embargo, la destrucción de las vías de comunicación de la zona y la falta de planeamiento le dieron una cuota de ineficiencia. Por ello es que el 28 de marzo de 1972 se crea el Instituto Nacional de Defensa Civil, para que se encargue de coordinar la prevención y la ayuda en caso de posteriores desastres.

Bibliografía

  • www.desastres.usac.edu.gt/documentos/pdf/spa/doc9969/doc9969-contenido.pdf
  • www.desenredando.org/public/revistas/dys/rdys02/dys2-1.0-nov-19-2001-PMQAD.pdf
  • www.yungayperu.com.pe/sismo.htm

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